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Consejos prácticos para visitar Roma en septiembre

Roma es uno de los principales destinos turísticos del mundo, y su atractivo, esencialmente cultural. Esto significa que está plagada de turistas durante todo el año, y no sólo en verano. Pero con todo, el verano sigue siendo la época estrella para viajar, de modo que visitarla en septiembre o incluso más entrados en otoño significa aprovechar precios algo menores, y lidiar con menos aglomeraciones en las visitas clave.

 

Pese a todo, seguirás encontrando mucha gente. En este artículo te dejamos algunos consejos que harán tu visita más eficaz y placentera, pudiendo sacarle todo el jugo a la capital del antiguo Imperio.

 

3 consejos para que tu viaje a Roma en septiembre sea un éxito

Lleva la ropa adecuada

 

El septiembre, en Roma todavía hace calor. Las temperaturas van descendiendo gradualmente conforme avanza el mes, pero en general encontrarás una temperatura media de entre 20 y 26 grados. Esto significa que necesitas llevar ropa ligera para tus visitas durante el día, en las que vas a caminar y sudar mucho. Pero también alguna rebequita o chaqueta para las noches, y los más frioleros, para las primeras horas de la mañana.

 

Además, seguramente querrás visitar alguna de sus muchísimas iglesias. En este caso, recuerda que hay códigos de vestimenta, que se siguen de forma estricta especialmente en Santa María la Mayor y en San Pedro del Vaticano: pantalones largos, hombros cubiertos, y las faldas como máximo hasta la rodilla.

 

Prepárate para caminar

 

Muchos de los principales intereses turísticos en Roma están en la zona central, dentro de los límites de la muralla aureliana. Esto significa que no necesitarás tirar demasiado de taxi o transporte público: andando llegarás a muchos de los enclaves imperdibles. Además, Roma tiene tanto, pero tanto por ver, que paseando es la mejor forma de descubrirla y conocerla. Aquí un hotel moderno, al lado tres columnas romanas, delante una iglesia barroca, detrás un palacete renacentista.

 

Por lo tanto, prepárate para andar. Lleva un buen calzado, cómodo y que ya hayas probado. Tus pies lo agradecerán cuando volváis al hotel por la noche completamente rendidos.

 

Aprieta el horario

 

Roma tiene demasiado por ver como para hacerla entera a la primera. Mentalízate que algunas cosas te las dejarás para el siguiente viaje. Pero entretanto, aprieta el horario. Sal pronto por la mañana (8:30 como muy tarde), y a mediodía no pierdas tiempo en restaurantes: con una pizza al corte o incluso un McDonald’s comerás en veinte minutos y podréis seguir visitando. Ya tendrás tiempo para sentarte a cenar tranquilo por la noche.

 

Piensa que además muchos monumentos cierran hacia las 7 de la tarde, y los museos hacia las 8, por lo que puedes concentrar los primeros en la primera parte del día, y dejar las visitas a museos para la última parte antes de dirigirte a una trattoria para recuperar fuerzas.

 

Rutas y hoteles en Roma para septiembre

 

Hay tantas rutas alternativas posibles para tu visita a Roma que haría falta una guía entera para explicártelas. En otras palabras: tendrás que hacer un poquito de cherry picking, escoger los lugares que no quieres perderte, y organizarte las rutas en función de los días que vais a estar, y de qué días son esos. Por ejemplo, en domingo olvídate de visitar iglesias, y en lunes todos los museos cierran.

 

Por otro lado, el emplazamiento del hotel será esencial para el rendimiento que le sacarás a cada día en Roma.

 

Si tu principal interés es la Roma Antigua, con su Coliseo y su Foro imperial, el Hotel Espana (3*) es una excelente opción. Esta antigua villa está ubicada en el barrio de Esquilino, el corazón multicultural de Roma, y a unos cinco minutos andando de los monumentos de la antigüedad.

 

Alojarse cerca de la estación Términi es una buena idea para tener conexiones inmejorables con cualquier punto de la ciudad. Entre otros muchos buenos hoteles, el Giglio dell’Opera (3*), a tan solo 100 metros de la Ópera de Roma y cerca de enclaves como Santa María la Mayor, ofrece todas las comodidades necesarias, además de poder organizar excursiones desde la misma recepción.

 

Si, por otro lado, tu objetivo es una visita a fondo del Vaticano y sus alrededores, alojarse en un hotel como el Raganelli (4*), que está a tan solo 3km de los dominios del Papa, es una opción preferente. Este hotel, además de contar con wifi de alta velocidad y un magnífico lounge bar donde recuperarse por las noches, tiene excelentes conexiones en transporte público con el centro de la ciudad y otros puntos de interés.

 

Por tanto, el último consejo que te damos es ORGANIZACIÓN. Roma no puedes visitarla al tuntún. Selecciona el alojamiento, prepara el calendario, y organiza lo que verás cada parte de cada día, aprovechando hasta el último minuto.

 

La ciudad lo vale. Lo sabrás… porque volverás. Aunque no eches una moneda en la Fontana de Trevi.

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