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DicPara muchos, la Navidad es una época para quedarse en casa y reunirse con la familia. Sin embargo, también es una época perfecta para viajar y descubrir cómo la viven otras ciudades y otros países. Y Europa está plagada de capitales que en estas fechas se ponen todavía más guapas de lo que ya son.
Aquí van cinco propuestas para unas Navidades diferentes:
Praga enamora en cualquier época del año, porque tienen una enorme capacidad para cambiar de piel y mostrarnos su belleza de siempre, con matices enormemente diferentes. Ya hablamos de las bondades del otoño en Praga, pero en Navidad es todavía más espectacular. Apunta estos dos imperdibles: el Castillo, y la Ciudad Vieja.
La zona del Castillo no solo luce de maravilla con su enorme árbol navideño frente a la Catedral. Es que tienes que ir al Callejón del Oro (a ser posible al caer la tarde, cuando baja el tránsito de turistas): las pequeñas casitas donde antaño vivieron artesanos y alquimistas, y que hoy ocupan tiendas de regalos, se decoran con un gusto exquisito, y parece que estés en una calle donde duendes y elfos se afanan en preparar los regalos de Navidad.
En cuanto a la Ciudad Vieja, la disfrutarás a lo grande con su elegante decoración e iluminación, y con sus mercadillos navideños en los que probar el jamón asado, el vino caliente o con miel, y el célebre dulce llamado Trdlelnik, una masa que se hornea enrollada en un palo, lentamente, y luego se rellena de crema o chocolate. Una bomba de calorías, sí, pero ¿acaso no viene bien con el frío?
Los mercados navideños napolitanos son encantadores y vivos, con ese toque tan mediterráneo que diferencia esta capital de cualquier destino en el norte de Europa. Las fechas navideñas son ideales para disfrutar de un dulce de masa frita llamado struffoli, que vuelve locos tanto a propios como a visitantes.
Pero seguramente lo más característico de Nápoles en estas fechas son los belenes. El Belén Viviente, que sorprende con sus cuidadísimos detalles, pero también las delicadas miniaturas que los artesanos muestran en la via San Gregorio Armeno, comúnmente conocida en Navidad como “calle del pesebre”.
Salzburgo es hermosa hasta quitar el aliento. En Navidad, cubierta de nieve, es sencillamente un espectáculo inolvidable. Y podríamos hablar de sus mercadillos y su iluminación elegante y clásica. Pero vamos a hablar de música. ¡Cómo no va a tener importancia la música en Navidad en una de las cunas de la música clásica!
Un itinerario mágico para estas fechas empieza visitando el Fuerte Hohensalzburg, con una hermosa misa en St George a las 14:00. Luego un buen paseo por el Monchsberg, desde el que tendrás las mejores panorámicas de la ciudad, y donde a las 17:30 se celebra el Concierto Navideño a cielo abierto. Luego ve a los mercadillos, disfruta, cena, y a las 00:00 ve a la Catedral de Salzburgo para la misa de Navidad, inolvidable con la música de la Orquesta de Salzburgo.
Destino recomendadísimo para amantes de la música, sobre todo de la clásica.
Lisboa en la época navideña brilla como nunca. Juegos de luces, música en vivo, e infinidad de mercados y tiendas donde comprar los regalos más originales (artesanías de corcho, azulejos, y motivos clásicos como la sardina o Santo Antonio, patrón de la ciudad). Especialmente recomendadas las zonas de Baixa-Chiado, Barrio Alto, o Príncipe Real, por sus tiendas, sus decoraciones e iluminación, y el mercadillo navideño en el Convento dos Cardaes, donde podrás disfrutar de dulces tradicionales portugueses, que te recordarán a los españoles (roscones de reyes, torrijas, etc) pero que encontrarás deliciosamente diferentes.
Berlín en Navidad es un mundo diferente. El frío y la nieve no desalientan a nadie, al revés: dotan de aún más encanto a una ciudad que se vuelca con alegría, luz y decoraciones clásicas en la época navideña. Más de 60 mercadillos copan sus plazas, casi uno por barrio, y empezando por el principal, el Gendarmen Market, rodeado de edificios históricos y emblemáticos de la capital alemana. El lugar perfecto para hacerse con artesanía tradicional en madera y cristal soplado, para paladear los dulces tradicionales, o las rotundas brochetas de kebab y salchichas a la brasa, y para calentarse y combatir la nieve con glühwine, el vino caliente especiado clásico de Alemania.
Ir de compras por el Ku’Damm te puede llevar tantas horas como desees, y tampoco puede faltar una visita a la Postdammer Platz. Lo que antes fue un erial entre las dos Berlín separadas por el muro, te ofrece ahora el gigantesco árbol de Navidad bajo la cúpula de luces cambiantes del ágora del Sony Center, y una enorme pista de hielo donde divertirte patinando.
¡Sin duda unas Navidades diferentes a las de siempre! Pero, ¿acaso eso no las va a hacer inolvidables?
Etiquetas: Ciudades Europeas Navidad, Mercadillo Navidad
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