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NovUbicada en un marco incomparable, Malta emerge de las aguas del Mediterráneo como si de una delicada perla se tratara. Viajar a esta isla supone una especie de catarsis, una reconexión con uno mismo y con la naturaleza en un ejercicio de introspección involuntaria al que hoy queremos pedirte que nos acompañes.
La primera parada para cualquier persona que aterriza para hacer turismo en Malta es La Valeta: Fort St. Elmo, la catedral de St. John o el Museo de Arqueología son algunos de los reclamos de una ciudad que ha sabido mantener toda su esencia pese al paso de los siglos. Callejuelas empinadas, un aire muy mediterráneo y una fusión cultural increíblemente sutil te aguardan en una ciudad-fortaleza que, como el buen vino, mejora con los años.
Como suele suceder, muchas de las cosas más interesantes de cualquier viaje son aquellas que pasan desapercibidas para la mayoría y, por tanto, no cuestan nada o tienen un precio insignificante en comparación con lo que te aportan. Malta esconde muchos de estos pequeños tesoros, ¿nos acompañas a descubrirlos?
Para empezar, te recomendamos que el domingo por la mañana te despereces pronto y acudas al mercado pesquero de Marsaxlokk: todo el paseo marítimo se llena de puestos de pescado fresco y en el puerto decenas de botes de colores decoran las aguas con sus llamativos tonos. Sin duda es un espectáculo digno de ver, ¡y no te costará nada!
Si quieres redescubrir los antiguos centros neurálgicos de la ciudad, te recomendamos encarecidamente que te traslades hasta Mdina, la antigua capital de Malta: te sorprenderán sus callejuelas pintorescas, su gran pasado artístico y los muchos locales que se esconden en este paraje que parece anclado en el tiempo. ¡Te encantará, ya lo verás!
También puedes darte un paseo por la historia de Malta acercándote hasta Las Tres Ciudades: Copiscua, Senglea y Vittoriosa, originalmente conocida como Birgu. Se trata de tres ciudades fortificadas ubicadas justo enfrente de La Valeta y te permitirán ver las líneas defensivas creadas por los británicos durante la ocupación.
Si coges un ferry hasta la vecina isla de Gozo podrás disfrutar por partida doble: aquí, el tiempo corre un poco más despacio y podrás vivir más de cerca las antiguas tradiciones de la región, que han perdurado con más fuerza que en Malta.
Imprescindible acercarte hasta la Ventana Azul, una alucinante formación rocosa que imita la forma de una ventana recostada sobre las aguas del Mediterráneo. En Gozo también podrás disfrutar de Rabat. ¡No, no nos hemos vuelto locos ni nos hemos cambiado de país! Así es como se llamaba la capital hasta que los británicos le cambiaron el nombre por Victoria en el s. XIX; no te pierdas su ciudadela, te impactará.
En la isla de Comino, la tercera que forma parte de este archipiélago, encontrarás playas de ensueño por las que el turismo en Malta se ha hecho muy famoso. Aguas de un azul increíble, arena fina y blanca, un sol imponente… Todo esto se maximiza en Blue Lagoon, un espacio que tendrás que descubrir para entender toda su belleza. En Comino, oficialmente, solo viven 4 personas, ¡así que no esperes encontrarte con una marabunta de locales! Esto es naturaleza en estado puro, ¡saboréalo!
Si tienes poco tiempo para tu viaje, te recomendamos una ruta de 3 días en la que podrás descubrir lo más interesante del país. El primero dedícalo, obviamente, a visitar La Valeta y las tres ciudades, por su proximidad: ¡prepárate para sacarle partido a las piernas! El segundo día, dedícalo entero a descubrir Gozo. Cómo no, aquí las paradas obligatorias serán Victoria y la Ventana Azul, ¿no te parece?
Y el último día, de vuelta a Malta, resérvalo para visitar Mdina, Marsaxlokk si vas en domingo y cualquiera de los pueblecitos desperdigados aquí y allá. O, incluso, acércate a Puerto Popeye, un entrañable plató cinematográfico que te espera anclado entre acantilados. Sus casitas de colores te enamorarán, ¡ya lo verás! Dwejra, Kalkara o Salina Bay son otras paradas interesantes.
Si pensabas que turismo en Malta únicamente era sinónimo de playa, ¡ya ves que te equivocabas! Malta es mucho más que eso: es historia, es vida y es tradición. Y si quieres más de esto, no te olvides de visitar el Hipogeo de Hal Saflieni, en el municipio de Paola, el único templo prehistórico subterráneo.
¿Te hemos convencido para que te animes a descubrir esta pequeña joya mediterránea? Desde luego, Malta es un destino mágico e imprescindible si quieres conocer de primera mano la fusión cultural que ha caracterizado al Mediterráno durante siglos y siglos de convivencia.
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