Los mejores lugares para disfrutar de la soledad en San Valentín

Si estáis cansados de ver cómo todos vuestros amigos con pareja se escapan a Roma, Venecia, París o incluso hacia destinos más exóticos mientras vosotros solo encontráis en vuestro camino a miles y miles de personas dispuestas a obligarte a disfrutar de San Valentín, ahí van unas cuantas ideas a las que sacar partido sin necesidad de pareja, ¿de acuerdo?
 

Viajar a lejanas playas paradisíacas

 

Una opción espectacular es aprovechar San Valentín para cogerte esos días extra de fiesta que no sabes dónde colocar y escaparte en un avión rumbo al Caribe. Varadero, Playa Ancón, Cayo Largo o Playa Sirena en Cuba, la costa de Cancún o la Riviera Maya… El Caribe es un destino espectacular para cambiar el febrero europeo por el verano de Latinoamérica.

 
Y si te agobia pensar que te vas a encontrar con muchas parejitas felices al otro lado del mundo, tranquilo/a, será tan sencillo como encontrar aquellas zonas menos turísticas para esos días que queremos descansar, pasarlo bien, conocer gente e, incluso, disfrutar de una aventura o de una noche loca si surge la ocasión mientras nos olvidamos poco a poco del estrés, de los problemas y del resto del mundo. ¿Y qué mejor solución que escaparnos a más de 7.000 kilómetros?
 
Otra buena opción, si no tenemos tiempo para reservarnos de cinco a siete días de vacaciones alrededor de San Valentín es una escapada mucho más breve. Las Islas Canarias, a un par de horas de avión, son nuestro pequeño paraíso particular, donde elegir Fuerteventura será una experiencia que no vamos a olvidar si queremos relajarnos entre kilómetros y kilómetros de costa, vegetación y roca, mientras que el sol perenne de Tenerife nos asegurará playas y calas de arena volcánica y verdaderos oasis dorados como Las Américas, Almáciga, Bollullo y muchas otras costas de ensueño.
 

Las costas desérticas de un invierno en Baleares

 

¿Y una experiencia típicamente mediterránea para no celebrar San Valentín? ¿Qué os parecería perderos por Menorca o Ibiza en temporada baja y disfrutar de una soledad inigualable para descubrir restos de cultura talayótica y s’Albufera menorquina, pasear por el casco antiguo de Ciutadella, descubrir un antiguo monasterio reconvertido en un concepto diferente de hotel en el centro de la antigua capital o conocer la historia de la isla con unas tapas de queso mahonés y un gin tonic local con ginebra Xoriguer? Detenerse en Dalt Vila, el núcleo histórico de Ibiza, entre imágenes fenicias, púnicas y romanas o embarcarte en una aventura de enormes proporciones en Mallorca, donde encontraremos Palma con unos colores y unos sonidos que nada tienen que ver con el verano, y podremos visitar Sóller, Valldemossa o el Santuario de Lluc y mezclarnos entre los habitantes de algunas de las poblaciones más famosas de las Baleares. ¿Te atreverías a perderte entre los cientos de pueblos de la isla? ¿Pasear descalzo a mediodía por las costas de las tranquilas aguas del sureste de las islas?
 

Del spa a la casa rural

 
¿Y por qué no algo mucho más sencillo e igual de apetecible? Cuidarse uno o dos días en un spa, aprovechar todas sus sesiones de masaje, las saunas, las piscinas de agua fría y caliente o, simplemente, disfrutar del relax en estado puro entre los muros de un balneario. Si no hay tiempo para escaparse de la ciudad, hay muchísimos locales dedicados a ello para disfrutar de unas horas de tranquilidad.
 

 
Y si el plan no te convence siempre puedes optar por una escapada rural en plena naturaleza; ¡hoy está más de moda que nunca! Elige tu destino entre la Sierra Madrileña o los Pirineos, por ejemplo, ¿o por qué no escaparte hasta Castilla o Andalucía? Los precios son muy similares a los de cualquier hotel en una gran ciudad, pero la experiencia de relax, tranquilidad y descanso es incomparable.
 

Pequeños rincones en las capitales europeas

 
Por último, te proponemos que aproveches el día de San Valentín para disfrutar de un pequeño puente y viajar hacia una ciudad que te haga verdadera ilusión. ¿No tienes ganas de darte un capricho con un vuelo exprés? Conoce Barcelona y el encanto de sus barrios, viaja a Estambul, Sevilla o París. De Florencia a Londres, o al Barrio Latino de París, y si tienes algún día extra, puedes escaparte incluso fuera de las fronteras europeas hacia el Kioto imperial, a la cosmopolita e infinita Nueva York, a Bagan, en Myanmar, a Atenas, Petra, Buenos Aires… ¡Será por lugares que te quedan por ver! Con estos planes se te olvidará incluso en qué día vives, ¡palabra de viajeros!