Propósitos para 2017: viajar, viajar y viajar

Cada nuevo año hacemos nuevos propósitos. El cinismo de la época nos invita a añadir eso de “que nunca cumplimos”, como lo de dejar de fumar, hacer dieta o apuntarse al gimnasio. Pero claro, es que nos ponemos propósitos que cuestan, de esos que no apetecen porque implican menos placer. Lo que nosotros te proponemos como propósitos para 2017 es todo lo contrario: placer, placer y placer. O dicho de otro modo: viajar, viajar y viajar.

 

Y, al contrario de lo que ocurre con tantos placeres, éste es un placer que no tiene nada negativo, y sí muchas cosas buenas para darte. Porque viajar te cambia la vida. ¿Cómo? Así:

 

Aprendes a valorar las experiencias por encima de las posesiones

 

Todos los objetos que acumules a lo largo de tu vida vas a olvidarlos al cabo de un tiempo, por lo general, poco. Y de nada te van a servir cuando no estés. Las experiencias que vivas, en cambio, son inolvidables. Suponen la diferencia entre escuchar lo que viven otros y crear tus propias historias.

 

Y es que, más allá de la foto junto al monumento clásico de turno, viajar supone meterte de lleno en anécdotas, sorpresas y aventuras que podrás explicar mil veces sin llegar a describir del todo lo que sentiste y lo que supuso para ti. Eso es una vivencia personal que se queda uno, y que nos enriquece como personas como no puede hacerlo un coche caro o una casita en la sierra. ¿Cómo no puede ser este uno de tus propósitos para 2017?

 

Abre tu mente a lo diferente

 

El mundo es un lugar amplio y maravilloso repleto de lenguas, culturas y maneras de pensar diferentes. Conocerlas en su propio terreno, adentrarse en los entresijos de lo que supone ser (póngase aquí el gentilicio que se prefiera), te obliga a romper tus viejos esquemas e ideas preconcebidas. Abre tu mente a la fuerza, llevándote a comprender a un nivel profundo que el mundo no consiste en tu país y un montón de extranjeros, sino en un montón de pueblos diferentes que pueden enriquecerse unos a otros simplemente compartiendo su manera de vivir.

 

Salir de tu zona de confort, uno de los mejores propósitos para 2017

 

Nuestras zonas de confort, es decir, el conjunto de lugares, personas y tareas que conocemos y dominamos, suelen ser estrechas. Salir de esa zona de confort y probar cosas nuevas es siempre una experiencia enriquecedora, que puede llevar a mejores vivencias, mejores trabajos, mejor vida. Pero a muchas personas les aterra la experimentación y prefieren quedarse siempre en lo cómodo y seguro. Esto hay que entrenarlo.

Y, ¿qué mejor manera de entrenarte a salir de tu zona de confort que salir al extranjero? Plantarte en un país cuya lengua desconoces, pedir ayuda u orientación aunque sea por gestos, o algo tan simple como intentar interpretar señales y carteles en otros países, supone romper con la comodidad y arriesgarte.

 

Es emocionante. Y los efectos de esto en tu vida serán más positivos que todas las matrículas de gimnasio que puedas pagar cada Enero.

 

Aprendes a abrirte e interactuar

 

Ligado con lo anterior, viajar te enseña a abrirte a otras personas. Cualquier persona con dificultades sociales debería probarlo. Porque en tu tierra, donde te manejas bien y tienes tus refugios a mano, no necesitas hablar con nadie para ir viviendo, aunque sea una vida triste.

 

 

En el extranjero sencillamente no tienes otra opción que abrirte. Antes o después llega el momento: o te pierdes en una calle, o no entiendes un mapa, o no entiendes los letreros del aeropuerto, o no sabes qué lleva un determinado plato, o…

 

Es un entrenamiento social de primera, y si te aterra la posibilidad, piensa que el 99% de las veces el resultado es descubrir a gente encantadora dispuesta a ayudarte. Igual que aquí, sólo que aquí no estabas obligado/a a comprobarlo.

 

Sí, viajar es mucho más que subir a Facebook tu foto con la Torre Eiffel, o presumir en Instagram de un café en Salzburgo.

 

Viajar es hacer un máster en humanidad, en el que crecerás como persona, y tras el cual serás siempre un poquito más rico, un poquito más sabio, un poquito más abierto, un poquito más vivido.

 

Y la vida hay que vivirla, ¿no? Pues ya sabes los tres propósitos para 2017 que debes hacerte: viajar, viajar, y viajar.

 

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