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AgoLo llaman el país de la sonrisa, y es que dicen que en cuanto un nuevo visitante llega a este pequeño paraíso frente a las costas de Senegal, no deja de sonreír. En parte, por el agradable carácter de los caboverdianos, estupendos anfitriones de su hogar. Y en parte, por los originales paisajes en los que perderse disfrutando de interminables playas de postal donde solo cabe relajarse y disfrutar. Aunque no es el único atractivo del país. También se puede disfrutar de sus montañas, volcanes, una estupenda gastronomía y originales localidades donde resulta toda una experiencia pasear entre las casas de colores.
Si Cabo Verde es tan popular entre turistas de diferentes perfiles, es gracias a que ofrece un escenario único en el que cada visitante encuentra su pequeña joya. De las diez islas habitadas de este archipiélago, hay dos que resultan especialmente atractivas para el turismo.
Dos opciones perfectas para cualquier época del año:
– La isla de Sal, el tesoro caboverdiano
Para los amantes de los deportes acuáticos o las playas de arena blanca y aguas turquesas, la isla de Sal es un destino que querrán repetir. Su fácil acceso (cuenta con un aeropuerto internacional), es una de sus muchas ventajas. Famosa por sus arrecifes de coral, tiene un clima tropical seco que resulta perfecto para poder disfrutar de las playas antes o después de degustar estupendos pescados que se pueden comprar en pequeños muelles como el de Pontão de Santa María, donde los visitantes que lo deseen tienen la posibilidad de pedir que se lo cocinen para degustarlo completamente fresco.
Precisamente Santa María es la ciudad más dinámica de la isla de Sal, un lugar que todo el que lo ha visitado recuerda por sus casas de llamativos colores, sus espléndidas playas y resorts extraordinarios como el de Halos Casa Resort o alojamientos donde todo está cuidado al detalle como los de Porto Antigo Hotel o el Hotel Pontao, AguaHotels Sal Vila Verde o el Hotel Da Luz. Algunos de los imprescindibles de la isla son la visita a la bahía de Murdeira, Rabo de Junco, la bahía de Joaquim Petinha, Buracona, Ponta Preta y la Cueva del Amor.
– La isla de Boa Vista, el oasis africano
Rodeada de pequeños islotes, Boa Vista es la isla más cercana a las costas de Senegal y todo un edén para los amantes de las aguas cálidas y las playas de arena blanca con un mar completamente transparente. También aquí se practican deportes acuáticos, y en un entorno único, entre palmeras y dunas que salpican las largas playas. Otro de sus puntos a favor es que aún es un rincón casi secreto para los turistas a pesar de que ya tiene un aeropuerto internacional. Además, cuenta con alojamientos extraordinarios como Royal Horizon Boa Vista.
Si este es el destino elegido, acercarse al llamado Desierto de Viana, conocer el pueblo pesquero de Spinguera y la llanura de Campo da Serra o recorrer la playa de Santa Mónica y Ervatão son experiencias que no defraudan. El lugar ideal para unas vacaciones inolvidables.
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