Los mejores monumentos de París

París, la ciudad de la luz; una de las capitales más importantes de toda Europa. Una visita que acoge algunos de los monumentos más famosos del mundo. Si esta es la primera vez que viajas a Francia, quizá es muy importante que tengas presente que las distancias en París son muy complicadas de realizar a pie para el turista, puesto que la mayoría de sus puntos destacados se encuentran notablemente lejos entre sí.

Además, esto tiene una doble problemática: por un lado, el tiempo de moverse entre punto y punto (solemos estar acostumbrados a visitar el casco histórico de las ciudades europeas, donde se concentra gran parte del patrimonio histórico y artístico; en París, los monumentos están mucho más separados), por el otro, el tiempo que vamos a dedicar al viaje en sí.

Si viajamos quince o veinte días a esta maravillosa ciudad en el Sena, no habrá problemas. Por el contrario, si hemos planteado una visita exprés, será mejor que nos informemos previamente de los lugares que queremos visitar y los tengamos bien presentes, ¿de acuerdo?

Los siete monumentos de París imprescindibles 

La ciudad del amor tiene muchas caras, algunas son violentas y agresivas, como su pasado revolucionario que enseñó ciertos principios a toda Europa, otras tranquilas o románticas, en el Barrio Latino, junto a los lienzos que dejó Gauguin al embarcarse, las palabras que grabó en papel Baudelaire, la absenta y otros licores que nos hacían soñar…

Desde los apasionados del arte hasta los interesados en la historia y la cultura parisina, los rincones de París terminarán por ofrecernos una imagen de estampa para el recuerdo. Entre ellos, la visita debería moverse por los siguientes puntos imperdibles en tu viaje:

#1 La Torre Eiffel. Fue inaugurada para la Exposición Universal del año 1886 y es el símbolo de la ciudad por excelencia. Situada en el Campo de Marte, a orillas del río, recibe más de siete millones de turistas cada año. Lo que quizá no sabías es que, en su origen, fue muy criticada por los artistas de finales del XIX, que la veían como un verdadero monstruo de hierro de 300 metros de altura.

#2 Museo del Louvre. En la lista de los monumentos más recordados de París, está este colosal edificio que, hoy día, se presenta con la pirámide de cristal de Ioeh Ming Pei. Su estructura exterior y las visitas nocturnas con una iluminación difícil de describir impulsan hacia un interior que por más de doscientos años ha guardado óleos y esculturas cuya historia sirvió de ejemplo para la mayoría de colecciones públicas del mundo.

Da Vinci, Jacques Louis David, Géricault, Delacroix… Este museo acoge obras imprescindibles de la Historia del Arte. Con una jornada no basta para verlo entero, pero vale la pena destinar un día a visitarlo.

#3 Los Inválidos. Desde su inauguración, el Palacio Nacional de Los Inválidos fue la residencia real de militares y soldados retirados. Una visita actual nos permitirá visitar el Museo del Ejército y la Escuela Militar, e incluso hospedarnos en el hotel que alberga el recinto.

#4 La Catedral de Notre-Dame. ¿Quién no recuerda al Quasimodo de Víctor Hugo o de Disney? Quizá los más jóvenes más al segundo que al primero, pero Notre-Dame es uno de los más bellos exponentes del gótico francés. Situada en la pequeña Isla de la Cité, destaca la luminosidad del interior y la monumentalidad de la fachada occidental.

#5 Palacio de Versalles. Patrimonio de la Humanidad, hogar de reyes, punto clave de la revolución francesa y de la historia de la ciudad a partir de 1789, y mucho antes. Está situado a las afueras de la ciudad, pero vale la pena reservar un día para acercarse a visitarlo, si tienes tiempo.

#6 Barrio Latino. Si bien no es un monumento en sí mismo, sus calles lo convierten en tal. Por ellas, llevan paseando estudiantes de la Sorbona durante ochocientos años. Entre ellas, se esconde el Panteón de París, la Iglesia de Saint-Étienne-du-Mont, la Biblioteca de Santa Genoveva…

#7 El Moulin Rouge. En la colina de Montmartre se alojan, en la actualidad, locales comerciales, cafés y otros cabarets como el Lapin Agile, el más antiguo de París. Aun así, el construido por el español Josep Oller, que también fue propietario del famoso teatro Olympia, sigue siendo el más famoso e inolvidable de la ciudad: hablamos, claro está, del Moulin Rouge.

A través de estos siete puntos encontrarás muchos otros destinos hacia los que dirigirte en París; te recomendamos que una vez estés por allí, no dudes en informarte sobre otros de los mejores monumentos de la ciudad, sin olvidar que la capital francesa ocupa 105 km² y que necesitaremos unas cuantas jornadas para descubrir todo lo que nos ofrece.

¡Te deseamos un viaje genial a una de las cunas de la civilización europea!

Etiquetas: Campos Elisios, Ciudad de la Luz, Monumentos París, Paris, Torre Eiffel