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Destinos para disfrutar el encanto del jazz

El jazz es mucho más que un género musical. Sus orígenes mestizos lo dotan de una complejidad que engloba diferentes géneros musicales, y que ha generado toda una subcultura de amantes fieles que lo buscan allá donde van.

 

Si eres uno de ellos, lo sabes porque te conoces todos los clubes de jazz de tu ciudad o alrededores. Pero, ¿qué tal si ampliamos horizontes y vamos al corazón de la escena del jazz internacional? Aquí tienes tres destinos en los que a un amante del jazz le van a volar los días.

 

 

Jazz en Nueva York

 

 

Nueva York fue una de las ciudades en las que más rápido se introdujo el jazz desde sus orígenes en el sur estadounidense. Locales como el Cotton Club alcanzaron un aire legendario en los años veinte, poblando sus noches con mitos del calibre de Ella Fitzgerald, Nat King Cole, o Louis Armstrong.

 

Hoy el Cotton Club forma parte de la historia de la música y de la ciudad, pero la relación de Nueva York con el jazz está más viva que nunca. Encontrarás decenas de locales donde disfrutar de música en vivo: algunos más mainstream y turísticos, otros más personales y secretos, otros más alternativos o experimentales.

 

Algunas de las opciones más interesantes:

 

El Village Vanguard es un clásico de la ciudad, un icono viviente de Nueva York, que durante décadas ha emitido en directo, y por el que ha desfilado la plana mayor del jazz de cada momento. También hoy.

 

El Dizzy’s Club, en el Lincoln Center, se sale del estereotipo estético del local de jazz, proponiéndole a cambio al público lo más granado del panorama jazzístico actual.

 

Si en cambio buscas una experiencia menos sofisticada y más “auténtica”, el Small Jazz Club cumplirá tus expectativas. Es un local pequeño, como su nombre indica, y sin demasiado esmero en la decoración. Donde sí ponen esmero es en la música en directo, que es diaria y se prolonga hasta la madrugada con diferentes tríos y cuartetos. Allí cada noche es única, y para atestiguarlo los dueños llevan grabando cada concierto desde los inicios del club. Hoy van camino de las 10.000 grabaciones. ¿No te gustaría ser parte de esa historia?

 

Luego tienes otros clásicos como el Birdland (nombrado así por el célebre Charlie “Bird” Parker), tres veces trasladado y hoy fijado en la zona de Midtown; o clubs con un encanto tan especial como el 55 Bar, con su aire de sótano de los años de la Ley Seca y sus precios asequibles.

 

Estos son sólo algunos ejemplos de la vibrante escena jazzística neoyorquina. Pero el jazz contemporáneo ha rebasado sobradamente las fronteras estadounidenses. Y hay otros escenarios que vale la pena descubrir.

 

 

Jazz en París

 

 

París es lo suficientemente polifacética como para albergar varios corazones. Y en lo musical, es una capital íntimamente ligada con el jazz, inspiración para Miles David o Joséphine Baker. Actualmente concentra la mayoría de clubs y locales de jazz en tres zonas:

 

  • La calle des Lombards, donde se concentran los tres clubes de jazz más importantes de la ciudad: el Sunset-Sunside, el Duc des Lombards y el Baiser Salé.
  • Saint Germain des Prés, o sea, el barrio latino, que muestra una interesante variedad que alcanza desde clubes históricos como el Caveau de la Huchette o el Petit Journal Saint Michel, a locales donde recalan todas las jóvenes promesas, como el Café Universel.
  • Montmartre, donde el swing gana en relevancia con locales como Houdini Jazz Club o el Jazz Cartoon.

 

En París también abundan los locales donde comer con jazz en vivo como sonido ambiente, o como actuación destacada. El Café Laurent en Saint Germain, el Havana Jazz o el Closerie des Lilas te permitirán disfrutar de una comida, cena o brunch con la mejor atmósfera posible.

 

 

Jazz en Alemania

 

 

Berlín es otra de esas capitales europeas que atraen cultura e innovación, y durante el siglo XX se impregnó de la magia del jazz hasta el punto que, en los años 30, los nazis hicieron todo lo posible para extirpar ese género del país, acabando por prohibirlo.

 

El renacer no fue inmediato a la caída de Hitler, no fue hasta los años 60 que la escena jazzística empezó a moverse de nuevo. Pero cuando la música echa raíces en Berlín se implanta con fuerza. Hoy, sigue siendo una ciudad plagada de locales pequeños rebosantes noche tras noche, en los que artistas de todo el mundo pueden poner su parte en la escena musical berlinesa.

 

Destacan sus locales con entrada libre, como The Hat o el Zigzag Jazz Club, por donde pasan artistas de peso tanto alemanes como del resto del mundo. También otros locales históricos, como el Yorckschlösschen (el más antiguo de Berlín, más de un siglo desde su fundación) o el Quasimodo (un antiguo sótano clandestino de jazz del que se ha recuperado toda la esencia del placer oculto).

 

Jazz lovers, es hora de experimentar el jazz desde otras perspectivas. ¿Cuál va a ser, Nueva York, París o Berlín? Sea cual sea tu opción, pásate por nuestra web para buscar los hoteles mejor situados para tus planes. Y al mejor precio, ¡que el presupuesto lo tienes que invertir en los clubes!

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